Escrito por
Alejandro Rodríguez
Miembro de la Clase
Compañero
Integrante de la
Unidad Grillos
Me sentía muy feliz por ir al VI Campori Nacional UB con mucha curiosidad por
conocer el campamento y lo que iba a aprender allá. Dentro de los primeros eventos, el que más me gusto
fue el torneo de trompos. Tenía la responsabilidad por representar al club
Me sentía ansioso y por esto me acompañaron dos consejeros
Daniel Manchego y Margarita Muñoz. Estaba tan nervioso que los nervios me
traicionaron y mi tiro no fue fuerte. Mi trompo revoto y apenas pudo girar un
momento. Aprendí que debo tener dominio propio. Me desanime pero mi consejero
“manchas” me levantó el ánimo y me sentí mejor.
El siguiente día hubo un evento que me divirtió, estaba como
observador, participaban consejeros y conquistadores debían atravesar, en equipo, obstáculos y al
final una fosa de barro. Lo gracioso y
divertido era la forma como apenas salían de la fosa de barro. Me
sorprendió el consejero Abdel porque era muy colaborador con el club, trató de
ayudar a los conquistadores hasta el último momento.
Lo que me impresionó fue el momento de los bautizos, en
especial cuando el pastor Alfredo Santa Cruz bautizó a su mamá. Sentí
admiración y alegría. Recordé cuando mi mamá se bautizó, el pastor hablaba
llorando y repetía constantemente “+ que mensajeros” era un buen ejemplo de ser
mensajero.
Cuando invitó a ser “+ que mensajeros” en nuestras familias,
recordé a mi papá. Hice mi compromiso personal de evangelizar dentro de mi
familia.
En los mensajes del Udolcy Zukowski, líder de Conquistadores
y Aventureros para la Iglesia Adventista en ocho países de Sudamérica, quién
hablaba muy peculiar con acento brasilero, dijo: “un ‘consejeiro’ de su corazón
debería sacar mentira, avaricia, orgullo para ir al reino de los cielos.”
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